La palabra “ritual” hace alusión a una serie de acciones realizadas de acuerdo con un propósito y un orden prescrito. La secuencia, el sentido, la tradición y la costumbre son palabras que solemos asociar con el concepto de ritual. La palabra “rutina” aunque similar, se encuentra desprovista del sentido de propósito y simbolismo que rodea al primer concepto. La rutina hace alusión al hábito o a la costumbre, pero sin el carácter reflexivo: aquello que a realizamos casi sin pensar. Nuestras experiencias “detrás del espejo” y la forma en la cual nos esmeramos por lucir bien o por cuidar de nuestra piel son expresiones del “rito personal” o del “rito doméstico”. La cosmética asiática invita a hacer del cuidado de la piel un proceso reflexivo, de disfrute o complacencia, y de auto conocimiento. En este proceso, el resultado de una piel hermosa será consecuencia de la constancia, de buscar satisfacer necesidades específicas, entre ellas, limpieza, hidratación, humectación y protección a partir del uso de varios, o pocos, productos.